No hay una espera ya
nada es lo de siempre
ni el verde que emana el día
parece darse cuenta
los círculos, los mismos
ceñidos a la orilla
en tu cintura siniestra
Y de nuevo toco el futuro perdido
ya sin ansia
sin líbido
sólo observando
y dejando pasar
las imágenes viejas
sobre mis manos tatuadas
Quién sabrá sobre el destino torcido?